Esta es la historia de Max, Isabel y Michael, tres chicos que asisten al instituto Roswell High pero que son... diferentes, forasteros. Pero no forasteros de otra ciudad u otro país, sino de un poquito más lejos que eso.
En apariencia Max, Isabel y Michael son normales, guapos, inteligentes, aunque algo reservados y van siempre juntos. Lo que en realidad les une es un secreto que solo ellos conocen. Un secreto que hace que no se permitan a sí mismos encariñarse demasiado con los demás por miedo a que les descubran pero... ¿puede eso evitarse? Porque Max no puede, lleva toda su vida escolar prendado de una chica a la que no puede acerarse.
Lizzie lo descubre cuando una tarde en el café en el que trabaja se produce un asalto y ella recibe un disparo. Mientras todos corren despavoridos y su vida escapa junto a la sagre que mana de su cuerpo, un chico al que conoce superficialmente del instituto se le acerca, posa su mano sobre la herida y el dolor desaparece, junto con todo rastro del balazo. Nadie ha visto nada, solo ella y Max saben lo que ha sucedido, y a partir de ese momento la obsesión por este enigmático joven que niega haber hecho nada la corroe. ¿Por qué nunca antes se había fijado en él? ¿Qué esconden él y sus amigos? ¿Cómo pudo hacer lo que hizo?
Estamos en Roswell, el pueblo donde los hombrecillos verdes puede que no sean tan verdes y caminen entre nosotros.
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"Las palabras vuelan, lo escrito permanece"