La última noche en Los Ángeles



A Brooke le encantaba leer el periodicucho de cotilleos sobre las estrellas Last Night. Eso, claro estaba, hasta que su matrimonio se convirtió en un titular semanal.

Brooke se sentía atraída por el conmovedor y enigmático Julian Alter en cuanto le escuchó cantar Hallelujah en el oscuro antro East Villlage.

Ahora, tras cinco años de matrimonio, Brooke tiene dos empleos —uno como nutricionista en el Hospital Universitario de Nueva York y otro como asesora para una academia femenina de Upper East Side, donde los privilegios se tuercen y los desórdenes alimenticios están a la orden del día— a fin de ayudar a apoyar el sueño de su marido de hacerse un huevo en el mundo de la música.

Las cosas comienzan a mejorar después de años de tocar en clubes de Manhattan y de trabajar duramente con mercancía robada, Julian por fin firma con Sony. Aunque no hay garantía de que el álbum vaya a llegar a las radios, Julian sigue dedicado a encerrarse largas horas en el estudio de grabación. Todo ese cambia después de que le pidiesen que actuase en el Tonight Show de Jay Leno… y se ve lanzado al estrellado de la noche a la mañana. comienzan a lloverle asombrosas oportunidades casi a diario: un nuevo guardarropa de diseño, una gira con Maroon 5, incluso una actuación en los Grammy.

Al principio la fama resulta divertida, ¿quién no querría alojarse en el Chateau Marmont o visitar el plató de los mejores programas de televisión? Pero parece que el dulce marido de Brooke —el hombre que no soporta las duchas calientes y que se acuesta con calcetines— está cada día más ausente, incluso en las escasas noches que pasan juntos en casa. cuando los rumores sobre Julian y Brooke comienzan a aparecer en los tabloides, ella empieza a cuestionarse la verdad de su matrimonio y se ve obligada a reconciliar lo que cree desear… y lo que en realidad necesita.

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"Las palabras vuelan, lo escrito permanece"