ADICTAS A LOS ZAPATOS.



La camarera Lorna Rafferty está pasando un mal momento económico. Es cierto que su sueldo, con propinas incluidas, no es espectacular; pero realmente ese no es el problema. Su problema es que no puede resistirse a la idea de comprar zapatos de marca. Y como consecuencia hay veces que no le queda dinero ni para pagar el recibo de la luz. Cuando le cortan la luz Lorna Rafferty sabe que ha llegado el momento de tomar medidas serias. Por eso decide poner un anuncio para intercambiar pares de zapatos de diseñador de la talla 39 con otras mujeres. Así podrá seguir luciendo el calzado que tanto le entusiasma, pero sin coste adicional para su bolsillo. Helen Zahari, es la bella esposa de un político prominente con grandes aspiraciones. No es feliz en su matrimonio y menos desde que su marido la ha castigado con una pequeña asignación mensual tras descubrir que Helen estaba saboteando sus intentos por tener un hijo.

Así que cuando Helen ve el anuncio de intercambio de zapatos decide acudir a la cita. Sandra Vanderslice no tiene problemas de dinero, su trabajo como teleoperadora sexual es más lucrativo de lo que pueda parecer a primera vista. Pero Sandra también sufre, la agarofobia domina su vida. Su terapeuta la insta a dar un paso más en su lucha y salir a la calle, así que Sandra no lo duda cuando ve un anuncio sobre intercambio de zapatos; quedará con unas extrañas que comparten su amor por el calzado de marca. Jocelyn Bowen está harta de su trabajo de niñera, en realidad no del trabajo en sí, puesto que adora a los niños a los que cuida, sino de las continuas exigencias de su empleadora que no hace más que encargarla trabajo extra en su tiempo libre cuando Jocelyn está en casa. Jocelyn se propone por tanto encontrar una actividad que la aleje de la casa en su tiempo de descanso. Tras buscar en Internet sólo encuentra un anuncio apetecible, el de un intercambio de zapatos de marca de la talla 39. Tan sólo tiene que superar dos problemas: Jocelyn no usa zapatos de diseñador y no calza una 39, sino una 38. Pero las tiendas de saldos le ofrecen la oportunidad que ella necesita. Y el siguiente martes podrá acudir a la cita con unos zapatos de marca de la talla 39.

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