Kendra tiene 15 años y no se ha sentido a salvo desde que empieza a tener devastadores recuerdos de que fue abusada sexualmente cuando era niña, especialmente porque no puede recordar la identidad de la persona que abusa de ella. Asustanda, Kendra cree que alguien la está vigilando y la sigue dejándole mensajes que solo ella entiende. Si deja la guardia baja por un minutp, le podría costar la vida. Para aliviar la presión, Kentra se corta.
Este tipo de libros me ponen literalmente los pelos de punta. Recientemente leí uno no tan juvenil, llamado Heridas abiertas. La psique que implica leer a personajes así me dejó un buen rato un poco trastornada. Pero aún así no dejan de ser súper interesantes. Este suena genial.
ResponderEliminarSaludos!