El Lector

Michael Berg tiene quince años. Un día, regresando a casa del colegio, empieza a encontrarse mal y una mujer acude en su ayuda. La mujer se llama Hanna y tiene treinta y seis años. Unas semanas después, el muchacho, agradecido, le lleva a su casa un ramo de flores. Éste será el principio de una relación erótica en la que, antes de amarse, ella siempre le pide a Michael que le lea en voz alta fragmentos de Schiller, Goethe, Tolstói, Dickens… El ritual se repite durante varios meses, hasta que un día Hanna desaparece sin dejar rastro. Siete años después, Michael, estudiante de Derecho, acude al juicio contra cinco mujeres acusadas de criminales de guerra nazis y de ser las responsables de la muerte de varias personas en el campo de concentración del que eran guardianas. Una de las acusadas es Hanna. Y Michael se debate entre los gratos recuerdos y la sed de justicia, trata de comprender qué llevó a Hanna a cometer esas atrocidades, trata de descubrir quién es en realidad la mujer a la que amó… Bernhard Schlink ha escrito una deslumbrante novela sobre el amor, el horro y la piedad; sobre las heridas abiertas de la historia; sobre una generación de alemanes perseguida por un pasado que no vivieron directamente, pero cuyas sombras se ciernen sobre ellos.»


Cuando nos abrimos,
tú a mí y yo a ti,
cuando nos sumergimos,
tu en mi y yo en ti,
cuando nos olvidamos,
tú en mí y yo en ti.

Sólo entonces
yo soy yo
y tú eres tú. 

Hace poco tuve la fortuna de poder ver la película EL LECTOR, de verdad me gusto muchísimo y me puse a investigar con nuestro querido Google y Wikipedia, y es un libro llevado a la pantalla grande y eso no puede significar otra cosa que si me gusto tanto la película el libro estará mucho mejor no creen.


No pude dejar de compartirles esta película y contarles la historia.



 La historia está contada por el personaje principal, Michael Berg, dividida en tres partes. El libro esta situado en Alemania estando las tres partes en el pasado.

Primera parte: Es el año 1958; Michael, un joven de quince años, se enferma camino a su casa cuando Hanna Schmitz, veintiún años mayor que el, lo ve, le ofrece ayuda, lo limpia y se asegura que llegue a su casa sano y salvo. Michael pasa los siguientes tres meses ausente del colegio luchando contra la hepatitis.

Michael va a visitar a Hanna para agradecerle por su ayuda, allí se da cuenta que se siente atraído hacia ella. Avergonzado, luego de haber sido descubierto espiándola mientras se vestía, escapa corriendo; sin embargo, vuelve unos días más tarde.

Hanna le pide a Michael que le ayude a subir carbón a su departamento, lo que lo deja cubierto en hollín. Ella lo observa bañarse y lo seduce.

Michael, entusiasmado, la visitará regularmente, y comienza así una relación primordialmente sexual. Desarrollan como ritual bañarse y después hacer el amor, antes de lo cual ella pide que le lea en voz alta, habitualmente obras de literatura clásica, entre las que se encuentran La Odisea y The Lady with the Dog. A pesar de sus encuentros que cada vez se hacen más frecuentes, permanecen emocionalmente distantes, lo que contrasta con su cercanía física. De tanto en tanto, Hanna abusará verbal y físicamente de Michael.

Meses más tarde Hanna desaparece sin dejar rastro alguno. La distancia entre ambos fue creciendo a medida que Michael pasaba más tiempo con sus amigos del colegio y menos con ella, por lo que se siente culpable y cree que fue algo que él hizo lo que causó la partida de Hanna. Su recuerdo arruinará toda futura relación entre Michael y cualquier otra mujer.

Segunda parte: Siete años más tarde, se ve a Michael, que es estudiante de leyes, siendo parte de un grupo de estudiantes que reciben la tarea de observar juicios contra criminales de guerra del Holocausto. Un grupo de mujeres que habían servido como guardias para la estaban siendo juzgadas por permitir que trescientas mujeres judías murieran en el incendio de una iglesia que había sido bombardeada durante la evacuación del campo de concentración que estaba a su cargo, alegando haberlo hecho para su supuesta protección. El incidente había sido plasmado en un libro escrito por una de las sobrevivientes que, al terminar la guerra, había emigrado a Estados Unidos y que ahora era la testigo principal del juicio.

Para sorpresa de Michael, Hanna es una de las juzgadas, lo que lo lleva a una montaña rusa de emociones que se encuentran y desencuentran: se siente mal por haber amado a una criminal implacable y a su vez está consternado por la voluntad que tiene Hanna de aceptar toda la responsabilidad, por haber supervisado a otros guardias aunque haya evidencia que pruebe lo contrario.
Durante el juicio, Michael se sorprende al enterarse de que Hanna es analfabeta, lo que demuestra que ella no puede ser culpable de todos los crímenes que se le imputan; también sale a la luz que Hanna tomaba prisioneras débiles o enfermas y les pedía que le leyeran en voz alta antes de enviarlas a morir a la cámara de gas. Michael se pregunta si Hanna lo hacía para darles a las prisioneras unos últimos días meramente tolerables o si las mandaba a morir para que no revelaran su secreto. Como en el juicio Hanna, por vergüenza, se rehúsa a confesar su analfabetismo, firma documentos fingiendo haberlos leído, y provoca así su propia condena de cadena perpetua. Michael, por su parte, decide callar su secreto aunque sus emociones lo vuelvan loco.

Tercera parte: Michael, intentando apaciguar de alguna forma sus emociones, comienza a registrar en una grabadora su propia lectura de libros, grabaciones que le envía a Hanna. Los años pasaron, Michael tiene una hija resultado de un matrimonio fallido; por su parte, Hanna comienza a aprender (autodidacta) a leer y escribir pidiendo a la biblioteca los libros que Michael le había grabado y siguiendo con ellos la lectura. Michael recibe cartas de Hanna, pero se rehúsa a responderle con algo más que las cintas, no puede hacerse a la idea de escribirle. Luego de dieciocho años, Hanna es puesta en libertad, él accede, no sin antes vacilar al respecto, a encontrarle trabajo y casa. La va a visitar a la prisión. El día antes de su liberación en 1984, Hanna se suicida, lo que deja a Michael devastado. Éste se entera que Hanna había estado leyendo diversos libros escritos por sobrevivientes del Holocausto y muchos sobre campos de concentración, y que le había dejado un pedido; que le diera todos sus ahorros a la sobreviviente del incendio de la iglesia.

Cuando Michael va a buscar a esta mujer a Nueva York, le cuenta su historia. Ella, distante y ahora una mujer muy rica, accede a aceptar el dinero y a donarlo a una organización judía de lucha contra el analfabetismo, a nombre de Hanna, ya que aceptarlo sería equivalente a darle absolución, cosa que no se cree capaz de hacer. Añade un comentario burlón, al respecto: "Pero para los judíos el analfabetismo no representa un problema."

Al volver a Alemania, Michael visita, en compañía de su hija, la tumba de Hanna por primera y única vez.


3 comentarios:

  1. Me gustó más la película, curiosamente. Recuerdo que cuando acabé el libro me pareció que el autor no había aprovechado del todo la historia y en la adaptación al cine creo que le sacaron más jugo. Y Kate Winslet está espectacular como Hanna.

    Un saludito.

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  2. Todavía no he visto la peli... ais... pero es que me gustaría leer antes el libro =P

    Besotes

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  3. Nuevamente Gracias mis fieles seguidores
    SHORBY Y XAVIER !!!!

    y si Xavier me gusto muchísimo la película y aún me ha dado flojera el libro, siempre prefiero leerlo antes que verlo....pero con lo que me has contado creo que me quedare solo con la pelicula...

    y shorby no dudes de verla!!!

    Gracias

    Besos

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Gracias por comentar
"Las palabras vuelan, lo escrito permanece"