Cuando Imogene, su madre y su hermano se mudan a Newford, ella decide reinventarse a sí misma, esta vez no va a ir en busca de problemas. Rápidamente llega a conocer a dos personas muy diferentes. Maxine es una "chica buena", siguiendo un plan de vida estricto. Imogene ayuda a Maxine a aflojar y romper algunas reglas, y Maxine, a su vez, la mantiene en el lado estricto y recto. El otro nuevo amigo de Imogene es un poco más inusual. Su nombre es Adrian. Es un fantasma. Adrian murió cuando saltó de la azotea de la secundaria en 1998, y se ha quedado desde entonces. Él se ha encaprichado enormemente con ella, tanto es así que quiere ver a las hadas, las cuales también frecuentan la escuela. Las hadas invaden los sueños de Imogene, difamando la línea entre lo irreal y lo real. Cuando su amigo imaginario Pelly de su infancia se manifiesta, Imogene sabe que algo va realmente mal. Con Maxine, Adrian, y la ayuda de Pelly, Imogene desafía las fuerzas oscuras de las hadas.
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"Las palabras vuelan, lo escrito permanece"