Conozco a un montón de fantasmas. Más que personas y mucho, mucho más que el promedio de personas de diecisiete años de edad. A Excepción de Jared y Avery, pero no cuentan ya que la mayoría de lo que saben lo han aprendido de mi pasado año, cuando las cosas se pusieron locas. Conozco a un montón de cosas volviendose locas, también, gracias a mis padres. Son investigadores paranormales y vamos a decir que les gusta llevar su trabajo a casa con ellos. Y a veces, como el año pasado, su trabajo sigue en casa. Para siempre.
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"Las palabras vuelan, lo escrito permanece"