El amor que parecía eterno ha terminado. El amor imposible insiste en hacerse realidad. Esta cruel paradoja se instala en la vida de una mujer de éxito que, desde la muerte de su marido, está hundida en la tristeza y el desconcierto.
Sasha de Suvery consigue por fin remontar la cuesta de su viudez instalándose en su ciudad natal, París. Desde allí regenta sus galerías de arte de París y Nueva York, concentrada en lo único que puede salvarla: su trabajo.
Pero entonces aparece Liam, un amigo de su hijo nueve años más joven que ella. Anque Sasha se resiste, con él vivirá un nuevo y apasionado amor. Un amor problemático, porque este joven artista nada tiene que ver con las personas que hasta ahora Shasha ha tratado, ni con el mundo de negocios y éxito social al que estaba acostumbrada.
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"Las palabras vuelan, lo escrito permanece"